contaLos cielos azules y el aire envidiable que todos relacionan automáticamente con el sur del país, en época invernal están sólo en el recuerdo de sus habitantes. Desde hace varios años la realidad es diametralmente distinta y no sólo afecta el paisaje sino también la salud de todos.

El gran problema es la contaminación y su origen, la combustión de leña, que es la forma más económica para calefaccionar los fríos y lluviosos inviernos. Campañas y bonos no han podido con lo económicamente conveniente que resulta la leña, especialmente para las familias de escasos recursos.

En este escenario, el mejoramiento térmico o eficiencia energética de las viviendas es una alternativa, aunque sólo aplicable a las nuevas construcciones.

El tema es que las mediciones hechas por el Ministerio de Medio Ambiente en los últimos años, específicamente en Temuco, indican que las mayores concentraciones de partículas están alojadas en barrios de clase media, con viviendas que superan las UF650, no sujetas a subsidio según las actuales políticas públicas  y que además son casas con sistemas constructivos de los años 80, en su mayoría de albañilería reforzada, donde el ladrillo es por lejos el material de menor aislación.

Entonces, si queremos solucionar el problema, tenemos que abordar a una población que no es sujeto de subsidio y con casas con insuficiente aislación, lo que obliga a ser muy creativos en los sistemas de financiamiento.

En el último tiempo han existido experiencias para otorgar subsidios térmicos, en una modalidad de co-financiamiento (público-privada), donde el estado pone una parte del subsidio y todo el resto lo colocaban los propietarios, lo que se hizo muy difícil para familias de clase media, ya que el costo privado bordea los dos millones pesos, cifra que la mayoría de las familias no puede financiar.

Así, para poder enfrentar el problema hay que generar envolventes térmicas de buena calidad y equilibrar un sistema de co-financiamiento con montos que superen el subsidio actual de UF100, a fin de realmente lograr un cofinanciamiento justo para la clase media, puesto que este es un problema de todos y no de privados.

DecanaRespecto de las viviendas nuevas, estas tendrán una nueva normativa térmica que va a obligar a todas las nuevas construcciones a cumplir con ella, especialmente en la zona sur del país. Esta normativa todavía se encuentra en su etapa final de elaboración por lo que se está tiempo para revisarla acuciosamente y medir su impacto real.

Como sabemos que estas medidas pueden tomar mucho más tiempo del esperado, una de las alternativas válidas que puede ser parte de la solución al problema ambiental,  es la calefacción distrital, propia  de los países nórdicos. Se basa en pasar de muchas soluciones individuales a una colectiva, es decir, reemplazar decenas de estufas, cada una con su chimenea por una sola caldera central distribuidas por barrios. La construcción de esta gran caldera descentralizada, produce energía y con ello calefacción a través de tuberías que llevan agua caliente sanitaria a los distintos hogares, es decir, recibir calefacción igual que otros servicios básicos como electricidad, agua, gas entre otros. Y así abastecer  barrios o villas enteras.

Paz Serra Freire, Decana de la Facultad de Arquitectura y Construcción Universidad Autónoma de Chile

 

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