productividadEl Gobierno de Chile ha declarado a 2016 como el año de la Productividad. Diversas instituciones del Estado, entre ellas el Ministerio de Economía, han elaborado diversas iniciativas para promover y lograr que los distintos actores que tengan injerencia en las actividades económicas, tecnológicas y operativas puedan incrementar su eficiencia y eficacia en la producción de bienes y servicios, de modo que realicemos más con menos sin afectar la calidad y el medio ambiente.

Ahora bien, ¿qué entendemos por productividad? Esta pregunta no es trivial, ya que la mayoría de las personas, incluidas aquellas involucradas en el ámbito empresarial y técnico, no manejan el concepto o lo utilizan ambiguamente, no sólo en el discurso, sino que a la hora de aplicarlo para diseñar acciones o tomar decisiones sobre cómo utilizar los recursos, gestionar el trabajo del personal, ejecutar  procesos, y entregar los bienes y servicios al mercado. Es frecuente observar que se confunde con producto, a veces con crecimiento y otras tantas con desarrollo.

La productividad es la razón entre la cantidad de productos obtenida por un sistema de producción y los recursos utilizados para obtener dicha producción. Por ejemplo un indicador de productividad puede ser la razón entre cantidad de un bien obtenido y las horas de trabajo utilizadas para  generar esa cantidad; en términos generales y simples se expresa como el ratio salidas/entradas. Hay que tener presente que la salida debe cumplir con los requisitos para ser liberada al mercado o los usuarios: si parte del producto (bien o servicios) que constituye la salida no está dentro de los estándares preestablecidos, esta fracción deberá ser rechazada y afectará negativamente al indicador.

Por ello es importante tener presente que sin un adecuado nivel de calidad no habrá una productividad aceptable: a medida que aumenta la calidad, aumenta la productividad, pero no viceversa. Y en esta dupla calidad-productividad hay que considerar dos aspectos: la calidad del producto y la calidad del proceso de producción. Es así que es posible lograr productos de muy buena calidad, aceptados y reconocidos por los clientes, pero obtenidos con una baja calidad del proceso de producción. Esto último significa que se ha hecho a costa de rechazar un alto número de producto defectuoso, lo que redundará en una baja productividad.

Guillermo SchaffeldEn un mercado con varios competidores aquella unidad que entregue la misma calidad que el primero, pero sus procesos sean de mejor calidad, y por lo tanto más productivo, eventualmente lo desplazará del mercado; esta análisis también es aplicable para el que depende de tecnologías obsoletas versus el que aplica tecnologías del estado del arte, ya que estas últimas son de mayor productividad que las primeras. Esto se debe a que una tecnología de mayor eficiencia genera más producto (salida) con la misma magnitud de las entradas, trabajo (calidad en la fuente, es decir las  personas) y capital que una anticuada.

Guillermo Schaffeld G. Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Chile

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